Nos desplazamos a la localidad toledana al reclamo de los Buendías de
Sagrario Huertas, de los que ya conociamos la buena presentación y el
remate que lucían. En dicha localidad, la afición y el trabajo de años
lidiando siempre novillos fuertes y buscando la casta, hacen que ni la
más gorda de las crisis terminen con fracaso en taquilla, pues han
sembrado y están recogiendo. La portátil acogío un lleno practicamente
total.
Hubo variedad en los comportamientos, teniendo los dos nevados (1º y 4º) el defecto tan extendido y dificil de erradicar de los Buendías de salir a media altura y desentendidos de los pases, mientras que el cárdeno segundo se enteró enseguida y el tercero rompió a embestir por abajo, teniendo como nota positiva que todos buscaron los medios y no se aquerenciaron a pesar del encierro.
De su lidia y muerte estaban encargados Alberto Durán y Brandon Campos, y en ellos pudimos ver que la buena impresión venteña del zamorano, se diluye como con tantos chavales a la hora de enfrentarse a un santacoloma bien presentado y siendo en un pueblo, como si de lo que allí ocurriese no se fuese a enterar nadie, los profesionales se olvidan muchas veces de dar la cara en dichos festejos, olvidándose de que la gente paga igual que en todos sitios, y que es en sitios como este, donde se quiere hacer bien y donde la gente acude, donde cobran sus honorarios íntegros. Brandon demostró tener mejores maneras, algo más de gusto, pero tampoco llegó a entender a sus oponentes. Hay material, pero no mano de obra.
Novillo a novillo:
Hubo variedad en los comportamientos, teniendo los dos nevados (1º y 4º) el defecto tan extendido y dificil de erradicar de los Buendías de salir a media altura y desentendidos de los pases, mientras que el cárdeno segundo se enteró enseguida y el tercero rompió a embestir por abajo, teniendo como nota positiva que todos buscaron los medios y no se aquerenciaron a pesar del encierro.
De su lidia y muerte estaban encargados Alberto Durán y Brandon Campos, y en ellos pudimos ver que la buena impresión venteña del zamorano, se diluye como con tantos chavales a la hora de enfrentarse a un santacoloma bien presentado y siendo en un pueblo, como si de lo que allí ocurriese no se fuese a enterar nadie, los profesionales se olvidan muchas veces de dar la cara en dichos festejos, olvidándose de que la gente paga igual que en todos sitios, y que es en sitios como este, donde se quiere hacer bien y donde la gente acude, donde cobran sus honorarios íntegros. Brandon demostró tener mejores maneras, algo más de gusto, pero tampoco llegó a entender a sus oponentes. Hay material, pero no mano de obra.
Novillo a novillo:
Rompió plaza Junquero, algo abanto de salida, saliendo
suelto sin humillar pero desplzándose. Pedro iturralde le pegó un fuerte
puyazo, traserito y caído en el que el animal cumplió, y del que salió
blandeando un poco, pareciendo que iba a quedarse aplomado. Pero en
banderillas se mostró muy fijo y con buena embestida en la brega, además
fue bien pareado por Ángel Otero, que saludó. Inició con la muleta sin
obligar, pasándolo por alto, continuó por el derecho, prevenido y sin
apostar, toreando despegad y echándolo fuera, tal como hizo por el
izquierdo. El animal le fue llevando a su terreno, apretaba hacia los
medios y el zamorano cortó la faena. El animal, que cumplió en varas y fue noble en la muleta, aunque pecó de soso, no fue dominado por el espada que tampoco le corrigió alguno de sus defectos.
Se tiró a pinchar arriba, en esta ocasión en un tan buen sitio que el
propio estoque fue enterrandose solo hasta quedar casi entera dentro.
Falló con el berduguillo pero no le hizo falta dar más golpes. Novillo y
novillero fueron silenciados.
Salteño era el cárdeno del encierro, tuvo mucho brío de
salida, rematando, sorprende a Brandon con el capote por llevar el pase
hecho antes de que pasase. En varas toma un puyazo fuerte y trasero, el
animal tira gañafones al peto y se le tapa la salida. Tomó otra vara
también detrás de los rubios saliendo suelto esta vez el cornúpeta. En
banderillas tuvo fijeza e hizo hilo a los peones, pero no humilló. Con
la muleta inicia bien por alto, con gusto, pero no era lo más adecuado
para un animal que no humillaba, en este pasaje acude a los toques con
prontitud, pero enseguida llegan los parones apretando a las afueras, el
novillero tuvo buenas maneras, sacando con la diestra las series cortas
que el bicho consentía, pero obligandole, bajándole la mano, pues de lo
contrario no las habría podido arrancar. Se le cuela por el zurdo y a
por el estoque. Pinchazo delantero, dos más siguieron y finalmente
agarró media tendida y algo delantera, que fue fulminante. Silencio. Novillo que va y viene sin llegar a emplearse, que manseó en varas pero que busca los medios y no rehuye la pelea.
Terroncito lucía por nombre el tercero, de pinta más negruzca, Alberto Durán resolvió bien de salida cuando se vio entre las tablas y el burel, sacándolo a los medios bregando inteligente. En el caballo le pegaron trasero, y el bicho tiró la cara arriba, con celo, pero arriba. Otero bregó bien, y aunque el animal se dolió con los rehiletes, y buscó amparo aquerenciandose en uno de los burladeros, la faena inicia con un brillante Durán que inteligente le cambió de terrenos, quitandole al animal el burladero de la cabeza y fijándolo a su muleta, a la que acudía a pleno galope. Allí trata de dominarlo por abajo, pero se alivia por alto en cuanto apreta un poco, y continua por el derecho, el animal es pronto y fiero, tiene nervío y trasmite mucho, pese a que ha manseado en tercios anteriores, tienen comportamiento de bravo en la muleta, con codicia, y es que como se dice hoy en día, el toro autenticamente bravo, molesta a los toreros. Así le ocurrió a Durán, que nunca llegó a coger confianza, pues con la diestra había sacado dos buenas series, la gente estaba con él porque los mueltazos tenían emoción, a pesar de andar descolocado y sin apreturas, pero la ligazón por abajo llegaba. Con la zocata el novillo quería pero se le coló y comenzó a defenderse el espada con las telas por arriba, y por arriba Terroncito no quería ni que le refrescasen. Volvió a la diestra pero la cosa había perdido intensidad, poniendose y quitandose por lo que acudió por la de verdad y pinchó arriba marchándose de la suerte, dejando después una media tendida que se desprendió, teniendo que volver a entrar, recetando otro pinchazo, logrando con habilidad dejar una casi entera en buen sitio que finalizo la hazaña. Silencio y palmas para Terroncito, que manseó en los primeros compases pero que fue un gran novillo en la muleta.
Domador era el más espectacular de presentación de la novillada, todo un señor, rematadisimo, bien hecho, bonito de pelaje, serio de cara, astifino, un novillo digno de haber participado en la concurso de los encastes minoritarios de Las Ventas. Ovacionado de salida, tevo mucho brío, rematando sin piedad y formando una buena polvareda. Siguió bien las telas del novillero Brandon Campos en el recibo, desplazándose y sin hacer ningún extraño. Pero desde que le vieron los del peonaje le bautizaron como "el grande" y claro ya podía ser noble y bueno que había que macharcarlo, lo que hace el miedo. Y claro en varas se lo dejaron a Romualdo Almodovar, que cuando quiere se esmera, pero que de cargarse toros y novillos siendo un carnicero, también tiene un doctorado y la cosa fue como se esperaba, en el primero puyazo, en el que se agarró en buen sitio - todo hay que decirlo - el animal echó arriba la cara, queriéndose quitar el palo. Al relance lo pusieron para la segunda dejandolo bajo el peto, y ahi es cuando se despacharon agusto con el morlaco, metiendole tres varas fuertes en una en sitios diferentes - a cual peor, claro - y por supuesto tapando la salida, no fuese a escaparse. En banderillas el animal aun se movía, se movia bastante para lo que le habían armado y demostró fijeza. Inicia la faena pasandolo por abajo, le desarma, se le cuela por dejar ventanal y se ve que no sabe por donde meterle mano, ni se asienta ni se cruza. El novillo tiene el defecto de salir de los pases tal como el primero, soso y con la carita a media altura como sin haberse enterado. La faena corta sin haber tomado vuelo. Al menos lo mató de una buena estocada, con la suerte en rectitud pero que cayó un poco tendida. Silencio. Y silencio también para este Domador, que manseó en varas y que fue noble pero soso en la muleta.
Acudimos tras la novillada a la "Peña Taurina Churriega" de la localidad, un lugar bien preparado para el refrigerío y donde por lo que observé en la plaza, su buen número de socios, tiene afición y buen criterio. Enhorabuena a este colectivo. Damos también desde este blog nuestro apoyo a los ganaderos por continuar en la lucha de seguir con los Buendías y esperamos que no pase mucho tiempo para poder ver la próxima, que los resultados se encaminen como la anterior camada para que puedan tener su hueco.
Cartujanillo.