Se acercan los fríos del invierno, una época dura del año para las concubinas, especialmente para las que las toca parir en estas fechas o hasta pasado el mes de enero, en las noches más duras. La Hacienda la Ruiza, tiene partes más abrigadas donde abunda el eucalipto y los acebuches, pero también cerrados más pelados donde los vientos las haran cobijarse.
Entre el hato de madres la variedad de pintas es notable, lo mismo que de sus becerritos, también varía bastante la edad de cada una, destacando bastantes por sus años. Además, Tomás Prieto de la Cal, un ganadero romántico en cuanto a la crianza natural del ganado, las mantiene en puntas, algo que no se puede disfrutar en todas las fincas.
Esperemos que la paridera sea buena, y que sigan siendo tan buenas criadoras como siempre tuvieron fama las hembras veragüeñas, que hayan disfrutado de las bonitas imágenes de la otoñada, que ha traído agua y alimento a los pastos del campo bravo.
Cartujanillo. Fotos: Josué Moreno.
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